Poder y Sexo Gay. ¿Dentro del sexo gay cómo se vive el poder? o simplemente ¿Qué tiene que ver el poder con una relación gay?

 

Poder y Sexo Gay

El Poder es algo que a la fecha todavía no podemos definir de manera definitiva. A lo más que han coincidido los estudiosos es a definirlo como una “capacidad” de, básicamente, hacer que el otro haga lo que uno quiera.

El filósofo francés del siglo XX Michel Foucault creía que el poder no existe sino sólo cuando se da dentro de una relación entre dos personas o grupos. Un profesor por ejemplo, no “tiene” poder, sino únicamente cuando está en el salón de clases con sus alumnos enfrente. Fuera de éste ámbito, el mismo profesor puede ser un subordinado frente al director de la escuela, o en su casa. La relación es lo que define al poder y no al revés. Menciona al mismo tiempo que, como las relaciones humanas se encuentran en todos lados, así también lo hace el poder, desde los grandes grupos sociales, hasta en los ámbitos que pudieran parecer más privados, incluyendo la sexualidad.

En su obra La Historia de la Sexualidad el mismo Foucault nos dice que más que reprimida, la sexualidad ha estado de alguna manera controlada. Ha sido canalizada para que sea como la sociedad lo requiera: una sexualidad heterosexista, machista, monógama y con el único objetivo de procrear. Lo que está fuera de éstos fines se consideró desde pecado hasta enfermedad, dependiendo de la época y de civilización que se hable. Y aunque en todas existió también un castigo por incumplir la norma, nunca se dejaba de hablar de estas prácticas, desde el confesionario de la Iglesia hasta el consultorio del psicoanalista. Lo que también da que pensar respecto a la fantasía del relato erótico y cómo se justifica su difusión.

https://emf.fr/21980/rencontres-michel-foucault-2015-kids-gamins-et-chenapans/

Como el poder está en toda relación humana, el poder para controlar la sexualidad de la gente no sólo se ve a nivel social y cultural, sino también en lo micro, es decir en la familia, en la escuela y en las mismas parejas. Tenemos entonces relaciones de poder en donde lo típico, si se sigue la norma que se espera, es que la mujer obedezca y el hombre mande. Claro que en las últimas décadas esta situación ha ido poco a poco cambiando, aunque con la visible preocupación y resistencia de muchos machistas.

Y aquí entramos los LGBTTTIQ. Es frecuente para muchos pensar que en una relación gay hay siempre “un hombre” y “una mujer”, lo cual es un pensamiento sumamente heterosexista y machista, pues predispone que mujer es sinónimo de sumisa y hombre sinónimo de dominante. Y que quien cumpla estos papeles en la relación homosexual, como por arte de magia, cambia de género.

Si tiramos a la basura esa mentalidad, de cualquier manera y siguiendo a Foucault, es verdad que dentro de una pareja de dos hombres, o dos mujeres, o un trío, o cualquier otra relación, hay efectivamente relaciones de poder. En el caso concreto de parejas homosexuales de dos hombres, estas relaciones de poder pueden apegarse a ciertos estereotipos tales como alguien femenino y alguien masculino, un joven y un maduro, maestro-alumno, activo-pasivo. Hay aspectos más reales que desencadenan roles de poder, como la educación, la capacidad económica, la experiencia de vida, o la misma personalidad.

Sin embargo, los roles más estereotípicos representan muchas veces una situación simbólica y fetichista para algunos hombres, desde los llamados Sugar Daddies, pasando por los chichifos y hasta hombres que les agrade la feminización en el sexo. Son precisamente este tipo de roles y fetiches, los que comúnmente se llevan a cabo en el llamado BDSM en el mundo gay.

BDSM (que se puede traducir como Bondage – Disciplina, Dominación, Sadismo y Masoquismo) es un nombre común para toda una serie de prácticas sexuales en las que la relaciones de poder es lo más importante. Se trata de prácticas de dominación y sumisión en las que cada miembro de la pareja adopta uno de estos roles. Existe un amo (el que manda) y un esclavo (el que obedece), que practican una relación en la que el poder es contundente y extremo. El esclavo está a disposición del amo y le obedece en todo. El amo por su parte es quien toma la iniciativa de las prácticas y la intensidad de las mismas. Estas relaciones pueden ser desde casuales y esporádicas, a las que se les llama “sesiones”, hasta un estilo de vida y de relación permanente, el famoso 24/7.

 

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Existen dos puntos importantes. El primero es que toda práctica inscrita en esta forma de vida y de sexualidad es consensuada entre las partes. Cada uno disfruta del rol que asume y sabe de qué se trata y hasta dónde están los límites, tanto propios, como de la otra persona. Y lo segundo, que tiene que ver con lo que se ha mencionado aquí, es un asunto que en otros ámbitos se llamaría legitimidad. La autoridad del amo está aceptada y reconocida en todo momento por el esclavo. A pesar de que el esclavo o sumiso puede ser ultrajado hasta el extremo, dicho ultraje al ser consensuado y tener por finalidad el placer de todos los involucrados, incluyendo del propio esclavo, tiene intrínseca una aceptación e incluso necesidad permanente de la autoridad del amo, que permita llevar a cabo las sesiones o la relación 24/7.

Este reconocimiento de la autoridad, el poder y la fuerza del amo, su aceptación como algo necesario e incluso deseado es una forma de legitimidad, en una relación de poder tajante, pero producto del acuerdo y que puede ser independiente al resto de relaciones interpersonales que los involucrados tengan en cualquier otro ámbito de sus vidas.

Para saber un poco más:

Foucault Michel, Historia de la Sexualidad (particularmente el volumen 1) También puedes ver un resumen en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=h0JCxpMyJN4 Y para saber más del mundo BDSM y anexos puedes visitar el blog de Comunidad Leather México Y en youtube: https://www.youtube.com/watch?annotation_id=annotation_4270007521&feature=iv&src_vid=Ak8wvaJnU-k&v=2kWwAwTSi2Y y https://www.youtube.com/watch?v=UJ-ZtxaXnhk

Originally posted 2017-11-10 08:43:52.

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Categorías: Sexualidad

CarlosCruzOr

Mi nombre es Carlos Cruz, nací en la Ciudad de México en agosto de1987. Estudié Ciencia Política y me he dedicado al trabajo de organización, un poco a dar capacitaciones y en momentos a hacer un poco de todo. Desde niño, como siempre, me di cuenta que era gay, muuy gay. Aunque aceptarlo y dejarme de tonterías fue ya hasta por los 18 años. Desde entonces me he interesado por saber más acerca de lo gay y aportar a la comunidad mientras pueda hacerlo.

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