De Muertos, Brujas y Gays. Tres situaciones que se pueden mezclar perfectamente y que de hecho se hace pero, ¿cuál es el origen de esto que en México llamamos el Día de los Muertos tal y como lo vivimos hoy?

DE MUERTOS, BRUJAS Y GAYS.

De Muertos

Primero, hay que decir que que el actual día de muertos es producto de distintas culturas, símbolos y tradiciones, aunque queda muy claro que el núcleo de esta celebración es eminentemente prehispánico. Y es que las culturas , maya, purépecha, mexica y otras nahuas tenían un culto especial a la muerte y una concepción de la misma que es parte de lo que vivimos hoy los mexicanos.

A diferencia de la concepción cristiana, no existía una idea de premio y castigo al alma de acuerdo al comportamiento en vida de la persona, manifestados en la idea del cielo y el infierno. Para los mexicas, cuando alguien moría su “alma” se podía dirigir a cinco distintos lugares dependiendo cómo había muerto, y estos lugares no eran buenos o malos en sí mismos. Por ejemplo para quienes morían ahogados, por la caída de un rayo, problemas de salud relacionados con agua etcétera, su destino era el Tlalocan o paraíso de Tláloc. Los guerreros y las mujeres que morían dando a luz iban al Omeyocán.

Al Mictlan iban a parar quienes morían por muerte natural. Se trataba de un inframundo al que costaba mucho trabajo y tiempo llegar, de hecho podían pasar hasta cuatro años. Para soportar este viaje el alma debía recibir alimento, agua y amuletos, por lo que las ofrendas a los muertos eran de suma importancia par asegurarles su buen arribo al reino de Mictlantecutli.

La comida que se ofrendaba era evidentemente aquella que le gustaba el muerto cuando vivía, y de hecho era común también conservar los cráneos de las personas. Esto porque al mismo tiempo se creía que no necesariamente toda la esencia de la persona dejaba la tierra sino que había una parte con la que se podía seguir conviviendo aquí.

Esta era la idea cotidiana y general de la muerte, sin embargo había fechas en las que se dedicaba especial culto tanto a los dioses de la muerte, como a los espíritus de quienes se había ido. En el caso de los mexicas, había por lo menos seis celebraciones en el año, y el noveno mes, correspondiente al inicio de agosto, se consagraba completo a festejar a los muertos.

Por otro lado, los españoles que llegan durante y después de la conquista también traen consigo ciertas tradiciones y conmemoraciones a los difuntos, aunque con una lógica totalmente distinta. La idea católica de celebración de los muertos estaba más ligada a conmemorar a los mártires cristianos, sobre todo a quienes no tenían un día exclusivo dedicado en el santoral. De ahí que el día dedicado a ellos se denomine “Día de Todos los Santos”.

Quienes llegan a México son los españoles, y ellos también tenían cierta costumbre a ofrendar a los muertos comida y bebida como forma de recuerdo. Se cree que esta tradición provenía de los árabes que habitaron la península durante 800 años y que a su vez lo pudieron adoptar de los egipcios y otras culturas de la región. Quizás por esta razón este tipo de ritos no fueron totalmente proscritos por los conquistadores en las tierras conquistadas y pudo perdurar durante el tiempo.

El cambio más significativo que trajeron, además del contexto religioso, fue la fecha de celebración. Los católicos celebran su Día de Todos los Santos y Día de los Fieles Difuntos el 1 y 2 de noviembre, por lo que las festividades prehispánicas de la muerte pasaron a concentrarse únicamente en esos días hasta el día de hoy. Lo interesante es saber que la fecha católica del 1 y 2 de noviembre tampoco fue la misma desde el cristianismo primigenio.

De Brujas

En los primeros años del cristianismo el 13 de mayo era el día dedicado los difuntos. La fecha se cambia a noviembre cuanto se cristianiza la Europa celta. Dichos pueblos tenían una festividad trascendental celebrada en el equinoccio de invierno, a finales de octubre o principios de noviembre. Esta fiesta, llamada, Samhain, era considerada el año nuevo celta, y se dedicaba a la renovación de los ciclos anuales y de vida, porque al llegar el invierno viene la muerte de la tierra, que deja de ser fértil. Era una fecha en la que la línea entre este mundo y el mundo del más allá se adelgazaba y permitía la convivencia de los entes de ambos planos, por lo que la presencia de espíritus era posible.

Como parte de la evangelización de estos pueblos, los católicos deciden cristianizar esta y otras fiestas y es por eso que a a los Fieles Difuntos se les termina conmemorando el 2 de noviembre. Las costumbres celtas de cualquier manera se siguieron también manteniendo, con lo que comienza su persecución por herejía.

Ya en la edad media se hacen frecuentes los juicios por brujería, sobre todo en contra de mujeres. Ellas eran las antiguas chamanas celtas, quienes poseían el conocimiento de la herbolárea y con ello tenían gran prestigio, poder y sobre todo libertad. Esto en una época en donde el poder de la Iglesia ya era total, era muy peligroso. Es aquí cuando a estas mujeres se les llama consortes de Satán y esta idea llega junto a los emigrantes protestanes al norte de América. La persecución y cacería de brujas se extiende a las colonias norteamericanas, en donde el episodio más trágico es el de Salem, en Massachussets.

De aquí se desprende la futura fiesta del Halloween, que se sigue celebrando en la antigua fecha del Samhain a finales de octubre. Aunque ya en los siglos posteriores se va haciendo más una festividad infantil en la que se celebra el miedo y lo sobrenatural, sin componentes religiosos o místicos. Por otro lado sin embargo, las religiones neopaganas y los colectivos del New Age tratan de recuperar las tradiciones celtas y, por ejemplo para la actual Wicca, el Halloween, renombrado Samhain, sigue siendo el año nuevo y tiempo de renovación espiritual.

En México tenemos este núcleo prehispánico, que representa la esencia de nuestra celebración, aunque con componentes eminentemente católicos, como los rezos en los cementerios, las cruces en las ofrendas y las misas en esos días. La fecha no es en agosto, sino en noviembre, que es el día traído por los cristianos que adoptaron de los celtas. Y al final tenemos la influencia y cercanía estadounidense con su celebración del Halloween dedicada al miedo, que por las razones que vimos se celebra en los mismos días.

Aquí parece que todo se mezcla, la gente se disfraza y pude dulces, pero no pide “truco o trato” sino la “calaverita”, la misma que se ponen en la ofrenda y se redacta para dedicarla a los amigos, o enemigos. Se hacen fiestas de Halloween pero son fiestas al final, nos divertimos no sólo con la muerte sino con todo lo que represente lo del “otro mundo”. El día de muertos la gente reza y canta rezos católicos, va al cementerio católico pero pone Sempasúchitl en las tumbas y va para llevar serenata y comer en la tumba.

De Gays

Y por último entramos nosotros, la comunidad LGBTTTIQ, quienes junto con otros colectivos aportamos una nueva perspectiva en este día, devenida de los tiempos que se presentan como oscuros y violentos en nuestro país.

Desde 2006 la escalada de violencia en México ha sido una constante, y el número de muertos por la guerra contra el narco, el crimen organizado, la incompetencia de las autoridades, la corrupción y otros tantos males ya se cuenta en cientos de miles. De estos años viene una conmemoración, cada día de muertos, con reivindicaciones políticas, que reclaman justicia para aquellas personas muertas que no tendrían que estarlo, y cuya muerte no ha tenido ningún tipo de justicia.

Y en este contexto desgraciadamente entran también los crímenes de odio por homofobia, transfobia, lesbofobia, bifobia y otras. Existen homicidios que no han ocurrido en la última década, sino desde los 90s, pero que aún permanecen en el recuerdo y algunos de ellos sin resolverse. Es por ello que diversos colectivos hacen ofrendas de día de muertos en honor a estas personas para recordarlas, pero también para reclamar a un Estado que permite estas muertes de la manera más impune.

La “celebración” del día de muertos en este sentido, es menos celebración y más duelo, más enojo y más reclamo. Este es el último componente que se añade por desgracia, en los últimos años, a este día. Sigue predominando evidentemente esta aura de fiesta y de burla, y seguirá predominando. Pero dentro de estas fechas, dentro de las ofrendas, las flores de Sempasúchitl, las cruces y rezos en los cementerios el 1 y 2 de noviembre, las calaveritas y las influencias del Halloween, está también muy presente este elemento de seriedad y de recuerdo de un contexto de violencia e impunidad que parece ser la cara más visible del México de inicios del siglo XXI.

 

Originally posted 2017-11-01 23:26:53.

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CarlosCruzOr

Mi nombre es Carlos Cruz, nací en la Ciudad de México en agosto de1987. Estudié Ciencia Política y me he dedicado al trabajo de organización, un poco a dar capacitaciones y en momentos a hacer un poco de todo. Desde niño, como siempre, me di cuenta que era gay, muuy gay. Aunque aceptarlo y dejarme de tonterías fue ya hasta por los 18 años. Desde entonces me he interesado por saber más acerca de lo gay y aportar a la comunidad mientras pueda hacerlo.

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